miércoles, 28 de diciembre de 2011

LA DISTANCIA QUE EN TI SE FORMA



LA DISTANCIA QUE EN TI SE FORMA


En el apretado pulso
de las avenidas, la despedida
corta y fugaz como los autos.

No pasa nada cuando el tiempo pasa, y tú lo dices
lejos aún de la madrugada, lejos
de la vaga sugestión de la cerveza.

Cerrado el viejo rumbo
a través del cansado sendero, la lluvia
repite aquel pasillo de cara al viento;
distancia que en ti se forma
por quien fuera mejor nunca haber visto.

Dura la noche
por las calles recién regadas. Lenta ceniza
horada el retiro de tu cuerpo,
acto que cifra la breve superficie del cansancio.

Sabes que nada perdura en su más hondo
encuentro, así el duro afán persiste
donde lo clandestino es nula entrega,
mas el infinito que padeces soporta
la calle, la noche, los astros.

¿Sabe el hombre la entrega que al tiempo
sólo es vano testigo? De estas calles
que ahondan el poniente, apenas reconoces
el instante que se agota en sombras:
la despedida aún otorga su caricia infame.

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