lunes, 3 de enero de 2011

FRAGMENTO IV



FRAGMENTO IV

Después del malestar ocasionado por el vodka, vago de un lugar a otro, con un monólogo que se repite a cada latido del silencio en mi cuarto, mientras por un leve resquicio, se apodera la luz de los innumerables libros que amontonan el tedio, la escasa oportunidad de abandonar el monótono pulso del quebranto sobre mis carnes: mi destino no acaba de interrumpir la inútil tarea de medir el tiempo, no hay nada para impedirlo, ni aquel detenido espasmo al filo de mis labios, ni la estúpida manera de levantar los brazos para apretar el alba.

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