domingo, 19 de abril de 2015

A UNA CHICA DEL PAÍS DEL NORTE


A UNA CHICA DEL PAÍS DEL NORTE

Hace varios años que partiste.
Sin embargo, recuerdo
la altivez de tu expresión,

la pausa de tu nombre sobre el agua.
Desde ahora los nombres
de las calles me parecen tan lejanos

cuando crece el silencio de tus pies
por las piedras que forman la plaza.
Sabes que toda una conversación

fue esa tenue escalera en nuestros
brazos que mantuvo la ausencia:
otro rastro de nostalgia por el aire.

-Esos nombres que no encienden
en los árboles, se quedaron
a la espera de un país sobre tu cuerpo.-

lo pensé. Tu partida provocó
esa larga fila de oscuridad
a la que envidiamos la suerte

de fumar el ocio podrido del insulto.
El recuerdo, más que un héroe,
es una víctima de las fotos y la costumbre.

¿Te volveré a ver? Fue del instante
esa endiablada inquietud de morder
tu compañía que hoy pone a esta historia

puntos suspensivos.